La ptosis o párpado caído, ocurre cuando el párpado superior no se eleva adecuadamente. La ptosis presente desde el nacimiento se denomina ptosis congénita y ocurre cuando el músculo que es responsable de elevar el párpado, tiene una característica fibrótica y atrófica y no tiene la fuerza para levantar el párpado. Es un problema que puede afectar a uno o ambos ojos.
La ptosis puede ser leve, en cuyo caso el párpado presenta una ligera asimetría en altura, y en ocasiones ocluye parcialmente la pupila, bloqueando la parte superior del campo visual, o puede ser severa, obstruyéndola en gran parte o completamente. Comúnmente, esta situación es detectada por los padres o el pediatra al momento del nacimiento o durante los primeros meses de vida. Entonces, el pediatra funge como enlace con el oftalmólogo pediátrico o el cirujano plástico oftálmico.
La causa más común de la ptosis congénita es un desarrollo incompleto del músculo elevador del párpado. Este músculo es el principal responsable de levantar el párpado. Los niños con ptosis congénita pueden tener ambliopía o falta de desarrollo de la visión; estrabismo u ojos desviados; o visión borrosa por astigmatismo o cambio en la curvatura de la córnea.
La ptosis congénita se trata con cirugía. El tipo de operación necesaria va a depender del grado de ptosis y de la fuerza del músculo elevador. Si la ptosis no es severa, en general se prefiere operar en edad preescolar, ya que el niño podrá cooperar en un proceso muy importante, la medición en la altura y la cantidad de movimiento, en milímetros, del párpado. Sin embargo, si la ptosis interfiere con la visión, la cirugía se deberá realizar tempranamente para permitir un desarrollo normal de la misma, ya que el periodo crítico de desarrollo visual ocurre durante los primeros tres meses de vida del infante.
Antes de la cirugía, hay que determinar cuanto movimiento tiene el párpado y cual es la diferencia en altura entre uno y otro. Este proceso requiere exactitud ya que estas dos mediciones, determina los milímetros de acortamiento a efectuarse en el párpado; por tratarse de milímetros debe tomarse con extrema precisión. Si la función del músculo es de moderada a excelente, durante la cirugía, se acortará el músculo una cantidad predeterminada. Si por el contrario la función es pobre, se utilizará la ceja para levantar el párpado creando una fijación entre uno y otro. Para la suspensión del párpado a la ceja se puede utilizar material sintético, homógeno o autógeno - este último utiliza una tira de tendón obtenida del muslo del paciente .Para utilizar la fascia o tendón autógeno, el paciente debe tener tres años o más. La longevidad del material sintético es menor que el tejido homógeno, que a su vez es mucho menor que el material autógeno. Cuando materiales sintéticos o homógenos pierden su efectividad, se debe reoperar utilizando tendón del paciente ya que es el método que le brindará la más larga efectividad y mayor naturalidad.
El procedimiento es ambulatorio y el cuidado post operatorio requiere lubricación agresiva de la córnea y el uso de gotas anti-inflamatorias con antibiótico. Durante la primera semana el paciente debe permanecer en el hogar y con las actividades al aire libre restringidas para evitar la exposición al polvo, tierra y sol. El paciente regresa a sus actividades normales en un periodo que puede variar de una a dos semanas.
El impacto de tener una ptosis congénita es amplio. Además de la implicaciones funcionales, los párpados caídos tienen un impacto cosmético, ya que dan una expresión facial no deseable y son motivo de burlas entre los niños. Esta anomalía impacta al niño por el resto de su vida y está en el área de mayor visibilidad: el rostro. Éstas son consideraciones adicionales para realizar la cirugía correctiva lo antes posible. Un cirujano plástico oftálmico es el profesional indicado para realizarlo.